viernes, 4 de noviembre de 2011

Archivo Nro 75: La adolescencia y el alcohol, un problema que aumenta

Hace sólo cinco décadas atrás la Argentina era uno de los países más poderosos del mundo, con una economía creciente y una sociedad que vivía la etapa de justicia social más grande de su historia. Hoy en día, puede verse a una ciudadanía ampliamente cambiada, con roles distintos, que han hecho que el país descienda en su calidad política, social y moral.

Una de las franjas etarias de la sociedad más predispuestas a absorber para peor todos estos cambios que se producen cotidianamente en la sociedad, son sin dudas los jóvenes, que perdidos en el medio del barullo de los cambios propios de la edad, se le suman toda una gama de modificaciones sociales que muchas veces son imposibles de engullir de cara a su futuro.

Uno de los temas más preocupantes en la época adolescente hoy en día, son sin dudas el abuso que se hace de las llamadas drogas “legales”, como el alcohol y el cigarrillo, y de las ilegales, como la marihuana. Informes nacionales e internacionales dan cuenta de que la edad de inicio en las adicciones comienza a los 8 años y que el 60 por ciento de los delitos violentos se cometen bajo el efecto de la droga o el alcohol

Antes que nada, habría que analizar cuáles fueron las causas que llevaron a los chicos a tener que delinquir o a caer en el alcohol a tan temprana edad, por qué cayeron en el mundo del delito y la adicción dejando la escuela, y a partir de allí elaborar soluciones a corto, mediano y largo plazo, que tiendan a brindar remedios reales para uno de los principales karmas de la sociedad hoy en día.

También nos podemos preguntar si se puede sostener la existencia (el ser) sin trabajo, sin pertenecer al sistema educativo, sin alimentación, sin vivienda, sin salud. Todos estos significantes son los auxiliares libidinales en una lógica “trabajo-vida-deseo”, son la ligazón para no desaparecer, para no estar excluidos del ser.

En un país que ha creado a millones de “desaparecidos sociales”, que son los chicos que se criaron en casas donde sus padres no tenían trabajo y estaban al desamparo total de un Estado ausente, y que se sumergían en la pobreza debido sobre todo a una política económica que viene desde la última dictadura militar, pasando por el neoliberalismo de los '90, que llevaron a una buena parte de la Argentina a una pobreza estructural de la cual costará décadas salir adelante.

Un estudio elaborado por el Observatorio Argentino de Drogas afirma que entre los estudiantes de 13 a 17 años de todo el país, las sustancias de mayor consumo son las bebidas alcohólicas y el tabaco. Alrededor del 46% tomaron alguna bebida alcohólica en el último mes y un 19,7% fumaron, sin diferencias por sexo.

La bebida más consumida es la cerveza (77,3%), seguida por bebidas fuertes o combinaciones de bebidas diferentes al vino o cerveza (60,7%), y por último el vino (43,5%). La mayor diferencia entre sexos se presenta en el vino, siendo los varones quienes consumen en mayor proporción. En las bebidas fuertes o tragos, las diferencias son casi inexistentes, aunque las mujeres tienen un consumo levemente superior.

Los estudiantes consumen preferentemente durante el fin de semana, tanto quienes toman cerveza, vino o bebidas fuertes. Un 5,1% de quienes declaran consumo de vino y el 6,8% de quienes toman cerveza manifestaron hacerlo diariamente.

En cuanto al uso abusivo de alcohol, sobre el total de estudiantes que declaran consumo en el último mes, alrededor del 60% reconoce haber tomado cinco tragos o más en una misma ocasión durante las últimas dos semanas, más entre los varones.

El 19,7% de los estudiantes fumaron en el último mes anterior a la encuesta hecha por el organismo público, lo cual puede leerse como consumo actual. Fuman actualmente en magnitudes similares varones y mujeres (20,2% y 19,4% respectivamente). Alrededor de un 30% de los estudiantes de ambos sexos fuman todos los días.

El entorno social analizado a partir de la tenencia de amigos que toman alcohol regularmente o que consumen drogas ilícitas, es claramente un factor de riesgo. Sólo el 13,5% de los estudiantes no tiene amigos que tomen regularmente alguna bebida alcohólica, es decir, todos los fines de semana o más y el 34,6% dijo que todos o casi todos sus amigos toman regularmente alcohol.

Así como la percepción de riesgo al consumo de sustancias es una barrera subjetiva, la oferta se constituye como una barrera objetiva al consumo. Se estima que cuanto mayor sea la oferta, mayor será la probabilidad de consumo de cada una de las sustancias. De hecho, tabaco y bebidas alcohólicas, las sustancias de curso legal son aquellas que tienen las mayores tasas de consumo.

El consumo abusivo de alcohol entre los jóvenes escolarizados es el principal problema de consumo. Más de una cuarta parte de quienes tomaron bebidas alcohólicas en el último mes reconoce haberse emborrachado y/o haber tomado en exceso en una misma salida u ocasión. Si bien este problema aparece con mayor frecuencia entre los varones, también ocurre en magnitudes importantes entre las mujeres, condición favorable a situaciones de violencia, accidentes, intoxicaciones, descontrol en el cuidado de la salud (embarazos precoces, contagios, etc.). El uso de alcohol y de manera abusiva, es un factor de riesgo para el consumo de drogas ilícitas, incrementando la situación de vulnerabilidad en esta población adolescente.

El consumo de alcohol combinado con éxtasis o las pastillas que consumen con el nombre de éxtasis y con bebidas energizantes, agravan el problema. El consumo abusivo o riesgoso ocurre principalmente durante los fines de semana, precisamente cuando existe mayor tolerancia social, del entorno y familiar, para el desarrollo de estas condiciones, al ser el fin de semana el espacio natural de diversión.

No sólo quienes tienen una responsabilidad mayor en el trabajo institucional se ven convocados éticamente a trabajar fuertemente en la dignificación de nuestros niños y adolescentes, sino todos los que desean un país sin desaparecidos sociales y con una infancia y adolescencia dignas que permitan el advenimiento de adultos incluidos, dotados de educación, condiciones dignas de vida y trabajo; que, así, puedan transmitir a sus hijos un legado no traumático.

Indicios y datos de una Argentina que no se ve y que muchos sectores del poder quieren ocultar ya que no conviene que se sepan, porque muestran que el país no es lo que ellos intentan mostrar. Una realidad inocultable, que es preciso solucionar para brindarles un país digno a las próximas generaciones de argentinos.
fuente: agencia cna